Atlacomulco,
Estado de México. “La tercera edad es ir despacio pero seguro”, expresa
sonriente David Vargas Castro, de 78 años de edad, residente de la Fundación
“El pueblito de los abuelos”, Institución de Asistencia Privada (IAP), sede
Atlacomulco.
Entre
bromas y risas añade que “no siento nostalgia por el pasado, sólo conservo
bellos recuerdos, guardo fotos de mis cuatro hijas desde chiquillas, hasta
ahora ya casadas y de mis cinco nietos”.
Esta IAP
cuenta con la capacidad profesional, necesaria, al ser apoyada por la Junta de
Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM), organismo sectorizado a la
Secretaría de Desarrollo Social, ya que recibe para sus estancias
electrodomésticos, alimentos y más recientemente les fue entregada, en calidad
de donación, una camioneta.
Además, son
acreedores del Programa de Acciones para el Desarrollo del Gobierno del Estado
México, que encabeza Alfredo Del Mazo Maza, mediante el cual se les brindan
recursos económicos a las IAP certificados positivamente ante la JAPEM.
Así lo
explicó Raúl Solalinde Guerra, fundador de “El pueblito de los abuelos”, IAP,
quien relata que a principios de la década de 1970 conoció a una anciana que
estaba en total desamparo, y al no encontrar un lugar en el que ella pudiera
ser tratada dignamente, optó por llevarla con su familia, donde estuvo viviendo
durante siete años hasta su deceso.
Agregó que
este acontecimiento detonó en él y su familia una vocación por servir a los
adultos mayores, que por su situación económica o de abandono, no cuentan con
espacios adecuados para su bienestar y desarrollo.
La
Fundación, detalló, beneficia a 174 adultos mayores, a quienes se les brinda
alimentación, vestido, atención médica geriátrica, se incentiva su inclusión
social mediante actividades de capacitación, rehabilitación física y de
entretenimiento, así como apoyo para realización de cirugías de cataratas,
obtención de sillas de ruedas, bastones y andaderas, ya sea para su población
albergada o para quienes sólo son atendidos en los centros de día.
“No se
trata sólo de proveerles tres alimentos al día y una cama donde dormir, la
asistencia a las personas adultas mayores es mucho más que eso, se trata de
ofrecer un servicio profesional, digno y adecuado, de ahí que hemos conformado
un modelo de atención que deseamos replicar y compartir con todos los que deseen
servir a los ancianos”, detalla el fundador de la institución.
Al resaltar
la importancia de que la sociedad se sume a adoptar una cultura altruista hacia
este sector de la población, Raúl Solalinde compartió que acorde a datos del
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) en el año
2030 habrá más personas que rebasen los 60 años, que adolescentes de 15 años.
“Si pudiera
regresar el tiempo, sólo sería para anotar más touchdown, pues jugar futbol
americano es lo que más me gusta. A los que como yo, que ya tienen más de 60
años, les digo que sigan disfrutando de la vida, aún hay mucho por hacer, por
aprender y seguir intentando”, concluye David Vargas Castro, a quien también le
gusta cantar.
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