Columna PECADO CAPITAL


PALÍNDROMO PERVERSO 

No es común que un palíndromo pueda causar expectación, al menos eso pensaba hasta hoy, cuando descubrí que MAP y PAM, significan lo mismo, tal y como se quiera leer, característica propia de un palíndromo. Ahora doy cuenta del por qué. 
Las siglas del movimiento social conocido como MAP por su abreviación en inglés “Minor-Attracted Person, es decir, Personas Atraídas por Menores, en español PAM, viene a formar un palíndromo perverso, en razón de lo que las personas identificadas aquí, buscan con especial fervor.  
Para la Organización Mundial de la Salud, la American Psychiatric Association (Asociación Americana de Psiquiatría), la pedofilia es una conducta reconocida como punible. Sin embargo, PAM, ha trabajado arduamente alrededor del mundo para que la OMS, elimine la pedofilia del catálogo de enfermedades, que de acuerdo con este organismo, se entiende como la presencia de fantasías, impulsos o comportamientos sexualmente excitantes recurrentes e intensos relacionados con los niños y niñas de hasta trece años de edad. 
MAP amplía sus horizontes también hacia adolescentes, una característica de su “atracción” es que sean menores de edad, cuanto más jóvenes mejor; apelando a la pureza de su ‘Ser’ como causa principal del “enamoramiento”, dijera el reconocido escritor victoriano Lewis Carrol, una “pureza edénica”; aunque para lograr los objetivos de los MAPs se utilicen recursos como la coerción, el maltrato físico y psicológico y desde luego el abuso sexual.
Los PAM, y digo ‘los’ en deliberada alusión a señalar la sigla P de ‘pedófilo’; en ningún momento se reconocen con un trastorno psicológico, o alteración de ninguna naturaleza, por el contrario, se dicen discriminados; razón por la que han buscado refugio como “grupo incluyente” en la comunidad LGBTTTIQA (Lesbiana, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual, Transgénero, Intersexual, Queer y Asexual), la que ha ofrecido un –¡no!, rotundo y ha negado cualquier nexo con este grupo. 
Llama la atención que según fuentes periodísticas, de acuerdo con la Secretaría de la Comisión de Derechos de la Niñez y Adolescencia de la Cámara de Diputados, en cuanto a pornografía infantil se refiere, nuestro país aporta el 60 por ciento del contenido en el mundo; y uno de cada cinco niñas y niños víctimas de este delito son contactados por Internet. Se sabe también que en el mundo existen 16 mil 700 cuantas de Internet que distribuyen pornografía infantil. La pregunta obligada es ¿qué hacen o qué esperan las autoridades para actuar en consecuencia?
En ese mismo sentido, se sabe según datos de UNICEF, que para el 2014 en el mundo 120 millones de niños, niñas y jóvenes sufrieron abuso sexual. En tanto que en días pasados, Radamés Hernández Alemán, director del Centro de Respuesta a Incidentes Cibernéticos de la Dirección Científica de la Guardia Nacional, en su intervención durante la mesa de análisis sobre ciber seguridad convocada por la unión de asociaciones civiles Causa en Común, denominada  “Efectos secundarios de la crisis por el Covid19: cibercrimen”, comentó que durante el mes de marzo y hasta el 15 de abril, la pornografía infantil aumentó un 73%, en nuestro país. 
Parece descabellado pensar que el confinamiento en un ambiente familiar ocurran este tipo de delitos, sin embargo, debemos considerar que el pedófilo acude a personas inconscientes de lo que se les hace; muchas veces ceden bajo amenazas y violencia física y/o psicológica, y sus víctimas son principalmente menores  de edad cercanos a su círculo familiar.  En ese mismo sentido, cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), revelan que México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil, donde por cada mil casos de abusos a menores sólo se denuncian 100 y de ellos sólo 10 van a juicio.
Buscando el mismo tipo de aceptación que la comunidad LGBTTTIQA, la cual agrupa a individuos con orientaciones e identidades sexuales distintas a la heterosexual, MAP se identifica con una bandera que integra en tonos pastel a los colores azul, amarillo, blanco, amarillo y rosa; en un orden de arriba hacia abajo respectivamente, donde el azul corresponde a los niños, el rosa a las niñas y el blanco la pureza y el contacto “libre de culpa”. 
El principal argumento de este grupo para rogar por reconocimiento de sus derechos, es que según su dicho “sufren el mismo tipo de discriminación que una persona perteneciente al LGBTTTIQA” por lo cual merecen respeto. Postura que atrajo la crítica de los miembros de la comunidad de la bandera arcoíris, quienes sostienen que “el amor es amor” entre las personas que saben lo que quieren, pero que con un niño, eso es un delito. 
NO ES LO MISMO QUE LO MESMO
En su defensa, MAP ha reavivado la diferenciación de los términos “pederastia” y “pedofilia”, entendido el primero como la consumación de un acto sexual con un menor y la segunda la atracción sexual hacia un menor. Lo anterior con la pretensión de polarizar a la opinión pública que constantemente se enfrenta a leyes progresistas que la mayoría de las veces son consideradas como un atentado directo a la institución más antigua de la historia del hombre: la familia. 
CRIMINALES VIRTUOSOS
Hoy día, se persigue la práctica de esta conducta por considerarla un trastorno o patología sexual y un potencial peligro para los menores, razón por la que dicen son “perseguidos”, al descubiertos como “amantes  de los niños”, algo mal visto por una sociedad ‘conservadora’ con políticas públicas progresistas e incluyentes. Además, alegan en su defensa el no haber delinquido anteriormente ¿pedófilos virtuosos les deberíamos llamar?
Cabe señalar que MAP, aunque ha cobrado fuerza en los últimos meses, no es un movimiento social reciente. En los años 1970 consiguió cierto progreso hacía sus metas en Europa, particularmente en los Países Bajos, donde hay una considerable historia del activismo en materia de pedofilia y muy probablemente, los ha habido desde mucho tiempo atrás. 
LA SOSPECHA
Un ejemplo trascendental podría ser Charles Lutwidge Dogson, mejor conocido como Lewis Carrol, quien a los doce años de edad fue enviado a una escuela privada en las afueras de Richmond, parece que se integró bien y en 1845, fue trasladado a Rugby School, donde según él mismo escribió algunos años más tarde, no le fue nada bien. –“Creo..., que por nada en este mundo volvería de nuevo a vivir los tres años que pasé allí... Puedo decir, honestamente, que si hubiese estado... a salvo de la molestia nocturna, la dureza de la vida diurna se me hubiera hecho, en comparación, muchísimo más soportable.”  Nunca nadie ha logrado explicar a ciencia cierta, a qué se refirió con la “molestia nocturna”, esto puede y así lo han sugerido sus biógrafos en el mundo literario, pudo ser una “forma delicada” para referir algún tipo de abuso sexual. 
Según la OMS, la pedofilia puede tener, en quien la presenta, antecedentes de abuso sexual en la infancia, exceso de estrés y/o problemas conyugales. De ahí la sospecha del brillante Carrol, que para variar y abonar a la sospecha del perfil pedófilo, a su muy personal filosofía interior (la belleza, como significado de un estado de perfección moral, estética o física), trató de combinar los ideales de libertad y belleza con la “inocencia edénica”, donde el cuerpo humano y el contacto humano podían ser disfrutados sin sentimiento de culpa, filosofía que define al movimiento PAM.
A pesar de la moral victoriana de la época, al concepto de ‘pecado capital’, lo sustituyó por la noción de “divinidad innata”. Dodgson gustaba de fotografiar a infantes con poca ropa o hacer desnudos, en especial con niñas, una de ellas Alice Liddell, de quien se dice, fue su inspiración para escribir, Alicia en el país de las maravillas, (una de sus más grandes obras), un hecho que por supuesto negó categóricamente. Aun así, ganó fama de tener tendencias pedófilas.  Para consuelo de sus lectores, la sociedad académica de su época y posterior, han argumentado que Carroll debe ser comprendido en contexto, ya que en la cultura victoriana, la aparición de niñas desnudas era vista como algo totalmente normal porque equivalía a un símbolo de inocencia. Se rumora que de entre las más de tres mil imágenes que tomó, si acaso sobreviven mil, donde se hallan seis desnudos de niñas. Al final, Lewis Carrol, murió rodeado de rumores sobre pedofilia. 
Desde luego, lo anterior no quiere decir que desde ahora deba considerarse a Carroll como un escritor maldito, por muy perversos que fueran los motivos, definitivamente su obra literaria fue infantil en la mayoría de los casos y sus letras tienen un efecto impresionante tanto en niños como en adultos. El punto de haber desmenuzado un poco a este autor, es citar un ejemplo de qué tan sutil puede aparecer en nuestras vidas alguna persona que se identifique PAM.  UN ejemplo donde no importa qué tan “inocente, bello y puro” pueda parecer el amor o el enamoramiento hacia un menor de edad; la pedofilia no deja de ser un acto perverso y lo dije al inicio, una patología que debe ser castigada. 
Esto quizá nos permita mirar con otros ojos, y ojalá que así sea, a quién o quiénes se acercan a nuestros hijos, bajo qué circunstancias, en qué entorno, y qué tanto debemos abrir los ojos, sin linchar de facto al que piense diferente pasando por alto las leyes y las instituciones; tampoco escandalizarnos por actos que se cometen incluso desde que el hombre es hombre, sino tener la mente abierta para entender un poco a las personas que nos rodean. Tener el valor y la cultura de la denuncia, aprender a ser autocríticos y formar en nuestros hijos, una sociedad de adultos sanos que nos ayuden a cuidar de las generaciones futuras.

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