Columna EL REFRANERO
Por Rocío Ayala.
DE TAL
PALO, TAL ASTILLA
Es mucho,
harto sustancioso lo que se ha dicho sobre la conducta punitiva del presidente
Andrés Manuel López Obrador desde su arribo a la benemérita y
porfiriana-juarista ‘silla presidencial’, literal. También es poco a poco, cada
vez más visible como se cumple aquello de "lo que se siembra, se
cosecha", entidades como Hidalgo y Chihuahua, dan cuenta de que no todo es
color morena y que no todo el pueblo bueno es afín a la 4T.
Aunque no
hay datos estadísticos que midan el sentir de los mexicanos, el titular del
ejecutivo federal, ha creado tendencia al señalar que lo siguiente a medir en
México, ya no será la pobreza, sino la ‘felicidad’. Aunque suena a chiste sin
gracia, en realidad no lo es, para el mandatario se trata de un indicador
económico y la Secretaría del Bienestar, el área encargada de su registro, a
través del acceso a la salud, a la educación, a la cultura, al deporte y a los
servicios públicos; parámetros cuantificables para lo que se considera
bienestar.
A simple
vista, parece algo no tan descabellado, ese matiz lo adquiere cuando López
Obrador enfatiza la importancia, no sólo de simpatizar con la cuarta
transformación sino adherirse a ella y en caso contrario, estar listo para ser
declarado traidor a la patria. Total que, a lo largo y ancho del país, no se
cansa de insistir en que para ser partícipe y/o artífice del desarrollo del
país, no puede haber “medias tintas”. Este mensaje lo hemos escuchado tanto,
que sacarlo a colación parece redundante y sin oficio. Por desgracia, la
polarización que lacera a nuestra sociedad, pasó del ser “chairos y fifís”, a ser
“conservadores o liberales”.
ENTRE LA
ESPADA Y LA PARED
Seguir en
el análisis de esa política, es un despropósito, al menos para esta columna,
donde, amén del refrán que dio pie a la misma, son gobiernos morenistas los que
están mostrando el verdadero rostro de la transformación de cuarta que estamos
viviendo. Hasta el momento no hemos visto cambios trascendentales en el
gabinete de la presidencia y como el mismo AMLO dijera alguna vez –“[…] como
las escaleras, de arriba para abajo”, tenemos a un gobierno que gusta de poner
entre “la espada y la pared” a la opinión pública, donde la consigna es “ser o
no ser”, mas nunca pensar diferente.
Como en
gobiernos anteriores, tal parece que la democracia, es de nueva cuenta una
falacia y sus valores, el sesgo de una “integración” social a rajatabla. De
modo que, la pluralidad, la libertad política, la libertad de pensamiento, de
asociación y la libertad de expresión, están al margen de “lo bueno y lo malo”,
medible únicamente entre lo que es la 4t y lo que no lo es. De repente los
enemigos del país cambiaron por completo, ya no hablamos de combatir el rezago
social, la pobreza, la inseguridad y la delincuencia; de un tiempo acá el
“conmigo, o sinmigo”, parafraseando al bonaerense Herminio Iglesias, son el eje
rector para gobernar.
CREA FAMA Y
ÉCHATE A DORMIR
Este mismo
ejemplo de gobierno, se replica en escalafones municipales. Por ejemplo, en
Ecatepec, Fernando Vilchis sigue a cabalidad los pasos de quien le permitió
"ganarse el premio sin comprar boleto", pues lejos de resolver o de
mínimo abordar la problemática que abunda en su municipio, le da bueno por
crear para sí mismo, fama de ser un gobierno represor y misógino.
Según datos
del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNPS),
el registro oficial del 2015 al 2020 es de 441 decesos violentos de mujeres en
el Estado de México. Para el 2019 32 casos corresponden a Ecatepec, 22 de ellos
calificados como asesinatos dolosos y 10 casos calificados como feminicidios y
de enero a agosto de este año suman ya 18 casos sin precisar aún cuántos son
asesinatos dolosos y cuántos son feminicidios.
Números que
llevaron a crear la Red de Mujeres Constructoras de Paz, dada a conocer con
“bombo y platillo”; en la práctica, los hechos son otra cosa.
Ecatepec es
un municipio que cuenta con alerta de género por la cifra de feminicidios que
tiene en su haber y por estar considerado como uno de los municipios más
peligrosos para ser mujer. En ese sentido, el alcalde da generosa muestra del
mal trato hacia las mujeres.
Cabe
señalar que, el ejemplo sale a relucir debido a que su fama de represor y
misógino, obedece al pleito casado que ya se trae con el aguerrido grupo de
simpatizantes y militantes del Movimiento Antorchista, quienes no se cansan de
señalar y dar a conocer la falta de servicios públicos en colonias como Luis
Donaldo Colosio, Potrero del Rey, Cd. Cuauhtémoc, La Laguna de Chiconautla,
entre otras.
Sin el
discurso doloso de “somos o no somos”, porque ya nada más eso le falta, al
gobierno morenista en Ecatepec, ha ordenado la detención de antorchistas que
hacen difusiones masivas, al grado tal que, en días pasados interpuso una
denuncia ante el Ministerio Público, la cual quedó asentada con el número de
carpeta ECA/EC2/00/MPI/067/02647/20/10 “en contra de quien resulte responsable
y/o Camelia Domínguez Isidoro, líder social de los antorchistas ecatepenses.
Al igual
que para el inquilino de Palacio Nacional, para Fernando Vilchis, el enemigo a
vencer ya no son la marginación, la pobreza, la delincuencia, los feminicidios
y la inseguridad, sino aquellos que no son de su partido político, aquellos que
le exigen gobierne para todos en el municipio, alzan la voz y le dicen en público
cuáles son los equívocos de su gobierno. Total que a todo le pega y a nada le
atina.
En calidad
de mientras, es preocupante la fórmula "divide y vencerás" y más en
tiempos electorales, donde todo indica que apalear a los "blanquitos"
(dícese de los que no son morenos), es la consigna. Algo tan casual como
manipular "datos oficiales" y de pronto señalar en puntero covid, a
Chihuahua, donde el tricolor le propinó tremenda paliza a "la esperanza de
México".
Sería
conveniente, no olvidar que en un país tan golpeado como el nuestro, se corre
el riesgo de gestar esperanzas de vida y un futuro mejor, ya no en una
transformación, sino quizás, en la resistencia y digna lucha de un pueblo que
tiene como antecedentes de libertad, la organización y el pensamiento
revolucionario.
Al
tiempo...
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