Washington
D.C. - En la misma fecha que se celebra por primera vez el Día Internacional de
las Personas Afrodescendientes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) y su Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales
y Ambientales (REDESCA), publican el informe temático "Derechos
económicos, sociales, culturales y ambientales de las personas
afrodescendientes, Estándares Interamericanos para la prevención, combate y
erradicación de la discriminación racial estructural", bajo los auspicios
de la Cooperación Española, a través de la Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID).
La Comisión
Interamericana y su REDESCA entienden que este informe es en sí mismo, una
forma reparatoria de invocar la memoria colectiva de las personas
afrodescendientes en la región; reconocer sus luchas sociales y legado
histórico, así como visibilizar las diferentes violaciones de derechos humanos
como forma de reparación. Este reconocimiento permite a la CIDH cumplir con su
mandato de estimular, sistematizar, reforzar y consolidar el respeto de los
derechos de las personas de ascendencia africana en la región de acuerdo con su
mandato, y al Plan de Acción para el Decenio de las Personas Afrodescendientes
en las Américas (2016-2025) de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En el
ejercicio de su función de interpretación de los instrumentos interamericanos
de derechos humanos, la CIDH desarrolla en su informe nuevos estándares para
combatir la discriminación racial estructural en la región y promover su
aplicación para mitigar esta situación, incorporando un enfoque de
interseccionalidad y de género, así como una perspectiva intercultural. En
particular, destaca que las múltiples formas de discriminación que sufren las
personas afrodescendientes tienen efectos tanto a nivel individual como también
en el ámbito social, toda vez que obstruyen el acceso a los derechos básicos
como el trabajo, la salud, la educación y la vivienda; situaciones que pueden
verse exacerbada por contextos de pobreza y la privación de oportunidades
económicas. Asimismo, que la pobreza tiene un impacto diferenciado en las personas
afrodescendientes, en la medida que este origen étnico-racial se interseccional
con otros factores de discriminación que profundizan las condiciones de
vulnerabilidad, como la identidad y/o expresión de género; la discapacidad; la
edad; la orientación sexual; el estatus migratorio; la situación
socioeconómica; entre otros.
La Comisión
subraya que las condiciones de vulnerabilidad descritas en el informe
evidencian claramente, por una parte, la interdependencia e indivisibilidad de
los derechos económicos, sociales culturales y ambientales; y de otra, la
interdependencia y la interseccionalidad de las violaciones de derechos
humanos. Por consiguiente, este informe tiene como objeto visibilizar la
situación de las personas afrodescendientes en las Américas, tomando como base
los avances de los Estados en la materia, con miras a impulsar el desarrollo
progresivo de sus DESCA, que la CIDH y su REDESCA han venido enfatizando a
través de sus diferentes mecanismos.
Dada la
amplitud de derechos que se desprenden del marco de los DESCA, el documento se
enfoca en los principales desafíos que enfrenta la población afrodescendiente
en las Américas en relación con el acceso y garantía de los derechos a la
educación; salud; vivienda; alimentación; trabajo; cultura; propiedad
colectiva, medio ambiente sano y recursos naturales; agua potable y saneamiento
básico.
Finalmente,
la CIDH hace un llamado a los Estados de la región a ratificar la Convención
Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de
Intolerancia, al tiempo de enfatizar que la ratificación universal de los
instrumentos interamericanos es un paso indispensable para el respeto y
garantía de los derechos humanos de todas las personas en las Américas.
La REDESCA
es una Oficina de la CIDH, especialmente creada para apoyar a la Comisión en el
cumplimiento de su mandato de promoción y protección de los derechos
económicos, sociales, culturales y ambientales en el continente americano.
La CIDH es
un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos
(OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover
la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como
órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete
miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a
título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
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