Imagen de la red
En el
segundo debate entre candidatos a la gubernatura del estado de México,
celebrado el pasado 09 de mayo, convocado por el Instituto Mexicano Electoral
del Estado de México (IEEM), a los mexiquenses nos hubiese gustado ver que la
corrupción, violencia y pobreza, se resuelven. Que las instancias jurídicas
destinadas para atender las denuncias por actos de corrupción, enriquecimiento
ilícito, difamaciones, injurias y pecados de omisión política fueran empleadas
correctamente, en tiempo y forma; en lugar de utilizarlas como ‘busca pies’, justificación
de ‘buen gobierno’ o eslogan de ‘mejor partido político’.
Contrario
a eso, nuevamente recibimos un panorama de incertidumbre y descrédito donde los
candidatos aportaron equitativamente su granito de arena. En el encuentro, en
turnos por sorteo y con límite de tiempo, los candidatos se dieron con todo,
Alfredo del Mazo llegó nuevamente con sus cajas “por si las moscas” o vaya
usted a saber para qué o por qué, finalmente recibió de quien al inicio lo
saludara de beso, es decir de su contrincante panista Josefina Vázquez Mota, el
reclamo para que responda a las acusaciones en su contra, señalando el
#RespondeDelMazo, las mismas que la gran mayoría de medios de comunicación han
dejado de lado luego de que los escándalos que rodean a la candidata morenista
Delfina Gómez, están en boga y curiosamente, fueron el “pan” de todo el día
previo al debate.
Del
Mazo no se quedó atrás, se defendió como pudo sin importar embarrar a su primo
Enrique Peña Nieto, pues dijo que es menester del gobierno federal atender
asuntos del crimen organizado, mención que dejó mucho qué pensar sobre su “propuesta”
de seguridad en caso de gobernar el estado de México, ¿será que quiso decir: al
buen entendedor, pocas palabras? o aquello de, ‘sobre aviso, no hay engaño’.
En
ese mismo orden de ideas, Oscar González hizo lo propio, cantinfleó sus ‘propuestas’ y como coqueteando con Teresa
Castell barrió parejo, incluyendo a Juan Zepeda, quien dijo –“un ganador no
declina ni abandona”, el candidato que hasta ahorita no ha tenido que enfrentar
dimes y diretes que hagan tremendo ruido; aunque no se libró del aguijón de
Teresa Castell, quien definitivamente se llevó el papelón de la noche, ya que
además de insistir como única propuesta concreta votar por un independiente, la
empresaria mostró más dependencia que nada al sistema clasista y machista que
impera en el país; arremetió contra Delfina Gómez con señalamientos ruines, absurdos y misóginos, dejando ver que entre
sus modales no figuran el respeto y la intolerancia.
Al
respecto, Delfina Gómez además de plantear sus propuestas, hizo gala de una
serenidad tibetana, demostró que los pensamientos que tuvo en la punta de la
lengua, fue posible retenerlos más por educación que por cordura, porque las
llamadas a misa y los insultos que la ‘independiente’ le confirió, no fueron pocos y lo único que le
faltó a Castell, fue darle grafía a su enojo y ordinario posicionamiento como figura
política.
Sea
pues, así las cosas en el segundo debate oficial.
Publicar un comentario